domingo, 20 de mayo de 2007

NUEVAS OPORTUNIDADES PARA EL FUTURO DE LA MUJER


La mujer puede gestionar las casas rurales que surgen progresivamente en la Comunidad y que constituyen una alternativa al turismo tradicional. Castilla y León invierte en la actualidad mucho dinero en potenciar este nuevo yacimiento de empleo, y las instituciones deberían darse cuenta de que la mujer es una excelente figura para desarrollar la gestión de estos servicios.

A veces sin embargo es necesario formar como ya he dicho en la gestión de los recursos a las mujeres que deciden ponerse al frente de estos negocios ya que no poseen los conocimientos necesarios.
Es tarea por tanto de las instituciones concernientes ponerse en marcha para proporcionar a las mujeres rurales empresarias la cualificación básica para poder hacer realidad sus empresas. Es cierto que el turismo rural no es la panacea para la situación a la que se enfrenta la Comunidad. Su déficit poblacional requiere de muchos esfuerzos y compromisos y la mujer rural está dispuesta a ayudar a la dinamización socioeconómica gestionando los recursos que Castilla y León ofrece, pero estos van más allá del turismo rural.

El trabajo a domicilio y el autoempleo son dos nuevos modelos de trabajo que casan muy bien con la situación de la mujer rural y que facilitarían su tarea como empresarias.
Aunque ya hemos mencionado la necesidad de aumentar los servicios y prestaciones como las guarderías para ayudar a la mujer a tener más autonomía, esta fórmula sería un gran revulsivo.
Es sin duda, una manera de flexibilizar horarios y facilitar la organización de la mujer.

El medio rural de Castilla y León es idóneo para desarrollar el teletrabajo, debido a la descentralización y a las distancias existentes entre los municipios. Con una adecuada red de comunicaciones y una formación en las nuevas tecnologías esta forma de trabajo podría suponer una excelente fuente de ingresos y un factor de crecimiento económico. Es necesario concienciar a las mujeres rurales acerca de las posibilidades de la telemática y de la importancia que tiene su aprendizaje para su utilización posterior.

Las mujeres deben ser instruidas en la telemática, la informática y los nuevos modelos de gestión empresarial. Estos instrumentos serán herramientas claves para llevar a cabo numerosos proyecto aún por descubrir, pero para ello es necesario que existe desde las citadas instituciones y asociaciones pertinentes una coordinación y puesta en marcha de proyectos conjuntos cuyo objetivo sea la formación y desarrollo de la mujer rural, y eso, por el momento está lejos de producirse, o se produce de manera desorganizada y no a la escala que la urgencia del asunto requiere.

¿PORQUÉ LA MUJER ABANDONA SU MEDIO?




El éxodo rural y más específicamente la sobreemigración femenina viene dada básicamente por tres factores fundamentales. En primer lugar la división social del trabajo fomenta la masificación de mano de obra femenina en las ciudades, propiciada por la oferta de puestos de trabajo que no se da en el medio rural. En segundo lugar “el sistema de herencia de la propiedad agraria que favorece a los varones y acentúa la tendencia al desarraigo femenino”, es decir, la estructura agraria está estrictamente jerarquizada y para la mujer supone una ardua tarea combatir esa fuerte masculinización que impregna el desarrollo de las tareas agrícolas. 1

Sin embargo, estamos asistiendo al resurgir de la mujer cuanto a la labor agraria se refiere. No es extraño conocer distintas cooperativas que desarrollan proyectos novedosos y pioneros como puede ser la agricultura ecológica, un nuevo yacimiento de trabajo. Y en tercer lugar, la que más ha evolucionado desde que estos autores postularan esta teoría en 1929, es el papel fundamental que la mujer desarrolla dentro del ámbito familiar hace más difícil si cabe que se integre laboralmente fuera de este ámbito debido también a la falta de oportunidades.

A partir de la segunda mitad del siglo XX la mujer comenzó a emigrar a las ciudades en busca de trabajo. En un principio lo hacían acompañando exclusivamente a sus maridos quienes eran los que demandaban esos puestos de trabajo, pero posteriormente la decisión se convirtió en propia con el fin de conseguir la ansiada independencia económica y familiar. Los avances técnicos en el campo propiciaron que sobrara mano de obra; esto, unido a las posibilidades de medios sociosanitarios e infraestructuras que el campo no puede ofrecer hacen fuerza y acaban por desplazar a mujeres cuyas edades oscilan entre los 20 y 40 años, quienes representan el sector más propicio para mejorar la economía por su capacidad de trabajo y por encontrarse en la franja de capacidad reproductora más óptima.

En cuanto a la desagrarización del campo, también es un factor que toca de lleno a la emigración femenina. El campo, como ya hemos dicho, ha ido perdiendo fuerza en cuanto al sector agrícola se refiere. Así, las explotaciones que aún perduran son en su mayoría gestionadas por hombres. La titularidad de estas explotaciones está en manos de hombres y la mujer permanece en la sombra ayudando a mantener esa economía pero sin ver reconocidos sus derechos. El trabajo silencioso y poco o nada reconocido de la mujer en la agricultura genera rechazo por parte de la mujer a la hora de elegirla como medio para ganarse la vida, y es ahí cundo ve frustradas sus posibilidades de prosperar y opta por marcharse al núcleo urbano.

[1] Ibíd., Págs. 34-37.

ASOCIACIONES DE MUJERES RURALES



Gracias al asociacionismo la mujer rural ha podido superar el aislamiento de la vida pública al que ha estado sometida a lo largo de su historia y tomar parte personalmente en los problemas que atañen a su realidad cotidiana, buscar soluciones y ponerlas en común con las distintas miembros de la asociación.
Es de sobra conocido que es la mujer la que tiene mayor participación en las distintas actividades de los municipios. Ella es más propensa a tomar parte y participar activamente en acciones que forman parte de la vida en los pueblos, “mueven la dinámica de nuestros pueblos con su participación casi exclusiva en AMPAS, Consejos de salud, asociaciones culturales, sociales, juveniles y cualitativamente como ellas y ellos mismos nos han reconocido”.
[1]

Según Juana Borrego Izquierdo, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Rurales, “si el aislamiento ha sido el factor que ha caracterizado la vida de la mujer rural durante muchas décadas, el asociacionismo ha determinado su participación a los más altos niveles. (...) La importancia de las asociaciones a la hora de detectar necesidades es un punto clave ya que actuando de forma aislada con mujeres que no pertenecen a un grupo de interés común, no se consiguen optimizar los beneficios de las acciones. (...) La voz de las mujeres rurales, gracias al asociacionismo, llega lejos, muy muy lejos.”
[2]

Tanto AMFAR, como AFAMMER, Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural, y FEMUR, velan por los intereses de la mujer rural en el ámbito del empleo, de la formación, del asesoramiento, etc. Desarrollan programas de inserción laboral, encuentros anuales, publican revistas e imparten cursos. En definitiva defienden los derechos de las mujeres que habitan en el medio rural con el fin de optimizar sus condiciones de vida y facilitarlas su independencia.

FEMUR, concretamente, se trata de la única Federación Nacional de Mujeres Rurales de España. Nación en Hontalbilla; Segovia, y está integrada por asociaciones. La Federación organiza reuniones periódicas en las que primeramente se analizan las cuentas y en segundo lugar cumple la función de mesa redonda en la que se intercambia información, se exponen dudas y se comparten sugerencias.

Además, la Federación actúa como vínculo y nexo entre las asociaciones y las instituciones, ya que las asociaciones envían solicitudes a FEMUR para realizar actividades que requieren de ayudas y subvenciones. FEMUR realiza proyectos a raíz de esas peticiones y las envía a órganos regionales, nacionales o comunitarios.
Una vez concedida la ayuda, FEMUR se pone en contacto con las asociación para conjuntamente poner en marcha ese proyecto.

Así, se evita que la asociación en cuestión tenga la obligación de realizar trámites burocráticos que requieren en numerosas ocasiones conocimientos legislativos y jurídicos.Es necesario destacar que FEMUR comparece esporádicamente ante el Senado ante diferentes Comisiones de Estudio que analizan los datos que ofrecen acerca de la situación real de la mujer rural. Además, su presidenta, Juana Borrego, ostenta un cargo en el Comité Económico y Social de la Comisión Europea.
[3]

[1] Informe a iniciativa propia del Consejo Económico y Social de Castilla y León, Las mujeres en el medio rural de Castilla y León, Consejo Económico y Social de Castilla y León, 2004, página 29
[2] Congreso europeo de mujeres rurales Madrid 16 y 17 de diciembre de 1999, ponencias en intervenciones en mesas redondas, Instituto de la Mujer, 2000, págs. 204-205
[3] Ibid, págs. 204-205

sábado, 19 de mayo de 2007

LA MUJER, FACTOR DINAMIZADOR IMPRESCINDIBLE


Los numeros no mienten. La mujer emigra del medio rural y las que aun residen en el son mujeres adultas de avanzada edad.


Durante el año 2000, de los 2.479.118 habitantes de Castilla y León, el 30% vivía en los 2.121 municipios con población inferior a los 2.000 habitantes; mientras que el 15,31 % residía en las zonas intermedias. Así, la conclusión que se desprende es que la mayoría de la población de la Comunidad habita en numerosísimos municipios muy reducidos y muy dispersos.


Si dividimos por sexos la población de la Comunidad, los porcentajes hablan de cifras de población femenina situadas por debajo de las cifras relativas a la población masculina en las zonas infrarurales y rurales, mientras que en las intermedias y urbanas los hombres superan en cantidad a las mujeres. En la zona infrarural las mujeres representan un 47,97 %, en la zona rural asciende al 48,54 % mientras que en las zonas intermedia y urbana supera el 50 %, siendo del 50,06 % y del 52,07 %, respectivamente. Castilla y León alberga el 35 % del total de municipios con menos de 2.000 habitantes existentes en España y el 95 % de todos los que hay en España. Además, la mitad de la población española que reside en municipios con menos de 100 habitantes habita en Castilla y León. 1

El medio rural de la Comunidad está caracterizado por las bajas densidades, una dinámica demográfica regresiva, desequilibrio por sexos y edades, falta de diversificación económica con una actividad agraria que constituye el soporte económico dominante, una notable deficiencia en servicios, tipo de doblamiento disperso y perdida constante y sistemática de población.


Así, estamos hablando de éxodo ya que según datos del 2004, en el último periodo intercensal el volumen de pérdidas en los municipios rurales supera el 10% con un total de 85.611 habitantes. Entre los motivos que encuentra la mujer para abandonar el medio rural encontramos la difícil prestación de servicios públicos debido al pequeño tamaño de los municipios.


Volviendo a la distribución por sexos y centrándonos mas en la problemática de la mujer rural, ya he hablado del gran desequilibrio que existe entre la población de Castilla y León. La Comunidad presenta una relación de 76 hombres por cada 100 mujeres mayores de 65 anos, mientras que en el conjunto nacional le relación es de 72 a 100. En la Comunidad, a pesar de que la media de vida de la mujer es superior, al igual que en el resto de España, el éxodo femenino del medio rural repercute en que esta distribución este desequilibrada y acarree devastadoras consecuencias para el desarrollo de los municipios castellanos y leoneses.


La mujer es un elemento dinamizador imprescindible en la economía de la Comunidad, es el núcleo familiar y factor impulsador de la vida en el medio, sin su presencia, como ocurre en la actualidad con el éxodo a las ciudades, las esperanzas de conservar este medio son ínfimas. Así, el 80% de las personas viudas residentes en núcleos rurales son mujeres. La explicación se encuentra en el menor índice de emigración entre los colectivos de más edad, y la gran diferencia de esperanza de vida a favor de las mujeres.


En manos de las Instituciones se encuentra la posibilidad de que la mujer decida quedarse en los municipios e impulsar asi un medio que poco a poco se muere.








1. Informe a Iniciativa Propia IIP 1/04, Las mujeres en el medio rural de Castilla y León, Consejo Económico y Social de Castilla y León, 2004. Págs.: 14-16