A veces sin embargo es necesario formar como ya he dicho en la gestión de los recursos a las mujeres que deciden ponerse al frente de estos negocios ya que no poseen los conocimientos necesarios.
Es tarea por tanto de las instituciones concernientes ponerse en marcha para proporcionar a las mujeres rurales empresarias la cualificación básica para poder hacer realidad sus empresas. Es cierto que el turismo rural no es la panacea para la situación a la que se enfrenta la Comunidad. Su déficit poblacional requiere de muchos esfuerzos y compromisos y la mujer rural está dispuesta a ayudar a la dinamización socioeconómica gestionando los recursos que Castilla y León ofrece, pero estos van más allá del turismo rural.
El trabajo a domicilio y el autoempleo son dos nuevos modelos de trabajo que casan muy bien con la situación de la mujer rural y que facilitarían su tarea como empresarias.
Aunque ya hemos mencionado la necesidad de aumentar los servicios y prestaciones como las guarderías para ayudar a la mujer a tener más autonomía, esta fórmula sería un gran revulsivo.
Es sin duda, una manera de flexibilizar horarios y facilitar la organización de la mujer.
Las mujeres deben ser instruidas en la telemática, la informática y los nuevos modelos de gestión empresarial. Estos instrumentos serán herramientas claves para llevar a cabo numerosos proyecto aún por descubrir, pero para ello es necesario que existe desde las citadas instituciones y asociaciones pertinentes una coordinación y puesta en marcha de proyectos conjuntos cuyo objetivo sea la formación y desarrollo de la mujer rural, y eso, por el momento está lejos de producirse, o se produce de manera desorganizada y no a la escala que la urgencia del asunto requiere.